domingo, 8 de marzo de 2020

estamos viendo Picard, y qué bien funciona todo incluso para mí, que no seguí las series originales (solo la primera, la clásica, cuando era un chavalín y se llamaba Viaje a las estrellas o Viaje a lo desconocido o algo por el estilo, ya no me acuerdo bien) y apenas tengo nociones de quién es quién por alguna de las películas: el reencuentro con viejos conocidos, la permanente referencia no tanto a acontecimientos concretos del pasado (que también) como a toda una vida transcurrida, la importancia de los vínculos de amistad por encima de otras consideraciones y ese sentido de maravilla asumido que, bueno, define muy bien el género, o esta parcela del género

(y ahora caigo en que, después del steampunk, del cyberpunk y no sé qué variantes más, todas tirando a distópicas y seriotas, incluso malhumoradas, qué descanso que ahora haya una corriente bautizada, no sé si con ironía, hopepunk, y no tengo problema en abrazarla:¡te quiero, Becky Chambers!)

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