domingo, 29 de marzo de 2020

mi calle es bastante discreta, por lo que estoy viendo estos días: se aplaude, pero tampoco sale todo el mundo; la música la pone mi vecino de arriba (ese Resistiré que empiezo a aborrecer con toda mi sangre) solamente mientras dura el aplauso; la cacerolada contra Iglesias y el gobierno sonó poco; los aplausos por el cumpleaños de Amancio Ortega han brillado por su ausencia; tampoco hay una especial complicidad entre balcones, esa cosa tierna que cuentan otros (ni falta que hace, también te lo digo)

así que no tengo queja, la verdad: me representa bastante, dentro de un orden

sábado, 28 de marzo de 2020

me encanta esto de MAX, hoy, tan del TBO


(by MAX, en Babelia)



Música para el fin de semana. Para levantar un poco la moral, planísima después de dos semanas encerrados, Jonathan Richman, que aquí estaba jovencísimo, guapísimo, supervitaminado y más que mineralizado (y ya era muy payaso en el escenario).

Por lo demás, pues qué voy a contar. Que el cielo parece más limpio desde donde yo me asomo a mirar. Que los gatos del barrio se están haciendo con la calle, qué bien. Que salir a comprar me sigue produciendo el mismo estrés que los primeros días (el baile para evitar cercanías, la prisa por volver a casa, los olvidos, los guantes de plástico que se rompen con nada...). Que la sensación de irrealidad no se va, por muchos días que pasen.

Continuamos viendo cosas. Cine (y eso sí es un cambio, que ese asunto lo teníamos muy abandonado): Jo Jo Rabbit, maravillosa; La favorita, también (en otro registro, claro). Shazam!, muy simpática, casi como un Disney clásico actualizado.

Y series, como todo el mundo. Ahora mismo, encantados con la temporada más reciente de DrWho (que remonta mucho con respecto a la anterior, tan decepcionante).

¿Lecturas? Pues no leo más que antes. Casi diría que le dedico el mismo tiempo, el equivalente a un par de viajes: hasta y desde el trabajo. Y no todos los días. I don't know why, pero es así. Me cuesta.



Y nada. Se van las horas, pasan los días. Y esto no tiene pinta de que se vaya a acabar pronto.



Días (demasiado) tranquilos en el edificio Baxter.

viernes, 27 de marzo de 2020

anoche los gatos de mi calle hicieron fiesta, con su berrea y todo; parece que están en celo, o algo, y con el bajón de transeúntes están perdiendo la prudencia (y la vergüenza)


por lo demás, no hay cambios; bueno, sí, que hoy hemos amanecido invernales por aquí 

seguimos con la rutina de visionados vespertinos y nocturnos, y de tareas, compras y lectura matinales; si añadimos el tiempo de cocina y el ratito de siesta (más o menos involuntaria), allá que se van yendo los días

miércoles, 25 de marzo de 2020

pues nada, sin novedad

hoy hemos amanecido con sol, y eso bien

toca bajar a comprar; hay que hacer lista de cosas, aunque luego se me olviden la mitad (sí, incluso con la lista en la mano): no me hace gracia, la verdad; vuelvo siempre tirando a estresado y pensando si no debería haber comprado también yo qué sé qué, y nunca tengo claro qué he tocado y qué no antes de lavarme las manos, qué desastre


 (me noto un poquito como acorchado; imagino que es de hacer poco o nada, claro)


sigo sin ver gorriones por aquí, dónde se habrán largado

lunes, 23 de marzo de 2020

por lo que sea, en mi calle los aplausos se adelantan dos minutos dos (ni uno ni tres), y no sé a qué se deberá; imagino que quien sea que abre lleva mal el reloj, y ya luego los demás le vamos siguiendo


en otro orden de cosas, se van colando noticias de gente ingresada y de fallecidos en las conversaciones de wassap; desde casa, mirando por el balcón, suena todo tan irreal como irreales suenan las noticias


también me he fijado en que apenas hay gorriones por aquí; sí he visto palomas, pocas, pero a los gorriones los estoy echando de menos

domingo, 22 de marzo de 2020

pues dos semanas más

que se veía venir, pero así y todo, desanima un poco


mientras tanto, me asomo al balcón porque enfrente, entre los contenedores y debajo de los coches aparcados, merodean unos pocos gatos desde hace unos meses; últimamente venía una mujer con pinta de ser muy mayor a darles de comer, al caer la noche, pero ahora, con la movida, hace días que no se la ve


y me llama la atención lo poco que la gente sale a los balcones; algunos salen a fumar, y luego están los que salen al aplauso, pero poco más: me parece un desperdicio

(tampoco yo salgo mucho, ahora que lo pienso... yo qué sé)

sábado, 21 de marzo de 2020




Música para el primer fin de semana de la primavera. La canción se titula Jonathan Richman, el videoclip lo protagoniza Juan de Pablos y ellos son Airbag. Si esto no os pone de buen humor, yo ya no sé.

Por lo demás, bien poco. Los días pasan despacio y el horizonte se va alejando. Vamos ordenando las horas de acuerdo a pequeñas rutinas que han ido surgiendo, y con eso ya nos vale, por ahora. Eso sí, esto no son unas vacaciones, pero en un sentido sí que lo parecen: todo eso que pensabas que harías, se va quedando sin hacer. Ni te pones al día de lecturas, ni terminas de animarte a arreglar las plantas, ni cien cosas más. (Ni, por supuesto, visitas virtuales a museos, canales de ópera, conciertos caseros o libros gratis. No me faltaba más que eso.)

Una cosa buena, creo que ya lo he dicho: las rondas periódicas entre los contactos para saludar y hablar con mi gente. (No, videollamadas múltiples no, gracias. De uno en uno y por escrito, casi siempre.)

Días (demasiado) tranquilos en el edificio Baxter

viernes, 20 de marzo de 2020

pues ha llegado la primavera, según he leído

vale


sigo viendo cosas: Gentleman Jack, que está basada en los diarios de Anne Lister y viene firmada por la señora responsable de joyas como Happy Valley, Last tango in Halifax o Scott & Bailey (Sally Wainwright): después de dos episodios, tengo que decir que MUY BIEN; este tipo de cosas solo las saben hacer bien los británicos, os pongáis como os pongáis




jueves, 19 de marzo de 2020

las redes se llenan de propuestas, libros gratis, conciertos caseros... tanta oferta que a ver por dónde empezamos; nos van a faltar las horas para tanta actividad

yo voy a mi ritmillo con mis cosas, y os cuento que me alegra la vida este Diario del coronavirus que escribe Elena Cabrera, como me la alegra la vuelta a la actividad de TER; que igual me adentro un poco en el mundo podcast, aprovechando los ratos muertos de las mañanas (tengo unos cuantos ya seleccionados: los previsibles, no hay sorpresas aquí)

y sigo viendo cosas: The Mandalorian, que muy bien, muy lacónica, muy western y muy baby Yoda.



ha salido el sol un rato y he regado los tiestos; he comprado pan, patatas, naranjas y una docena de huevos


miércoles, 18 de marzo de 2020

ayer se lo contaba a L (eso es lo bueno de todo esto: hablo más con mi gente, la más dispersa y la más cercana): qué raro se me hace el silencio como de domingo por la mañana todo el día todos los días; mi calle suele ser un cacao maravillao de coches en segunda fila, furgonetas de reparto, camiones, gente que va y viene, pero estos días hay una tranquilidad a lo mejor un poco tensa, no sé

rara

martes, 17 de marzo de 2020

lo del aplauso: mi dramaqueenismo es más de puertas adentro, y además me parece que hay mucha gente a la que aplaudir y centrar la cosa solo en la Sanidad es hacer a los demás un poco de menos (limpieza, supermercados, correos, mantenimiento en general, kioscos, mensajería, qué sé yo), pero salir salgo y me doy cuenta de dos cosas; uno, que a lo mejor aplaudimos más por nosotros que por todo lo demás, y por vernos y sentirnos juntos y esas cosas; dos, que la señora del balcón de al lado pone más énfasis en comprobar quién sale y quién no, la muy bruja, que en su propio aplauso, y eso me pone, extrañamente, de buen humor



lunes, 16 de marzo de 2020

pues esta tarde hemos visto Haru en el reino de los gatos (no, no la había visto, yo qué sé) y mira, qué bien, qué ligerito y luminoso todo

por lo demás, pues nada, esperar y ya; por ahora, todo bien



domingo, 15 de marzo de 2020

solo para acordarme cuando toque: el miércoles 11 se anunció el cierre del museo; el jueves tuvimos que ir para nada y, al poco de volver a casa, me llaman para decirme que hay al menos un positivo, así que los mínimos pactados se reducen a lo más mínimo y el cierre es total

el viernes ya empieza el #yomequedoencasa, los chistes sobre el papel higiénico son ya tendencia mundial (y lo que queda); el sábado, ayer, nos acostamos después de la noticia, ahora ya efectiva, de que se declara el estado de alarma

hace una semana, todo esto no se lo hubiera creído nadie, pero mira

(y ayer mismo, a estas horas, se veía gente en la calle: paseantes con perrete, sobre todo; hoy apenas si he visto alguno)

sábado, 14 de marzo de 2020




Música para el fin de semana. Antonio Galváñ, Parade, crooner oficial de esta casa. Sus canciones me ponen siempre de buen humor, incluso cuando no hablan de robots, marcianos o fantasmas adolescentes.

Por lo demás, poco que contar. 

Estamos en ello.

Días tranquilos (y lo que queda) en el edificio Baxter.

viernes, 13 de marzo de 2020

resumen del primer día: todo ok

he ido a comprar

hay colas en los estancos (!!!)

en la tele, imágenes del centro de Madriz vacío; aquí, en el barrio, menos peatones y menos tráfico que de costumbre, pero los bares no están vacíos, y en las terrazas hay gente parlanchina y, en fin

terminamos de ver Hunters, que es un cruce raro entre el pulp descarado de Tarantino o Chaykin (de verdad, tiene cosas muy Chaykin: la Kosher Nostra, esa monja malhablada con una pistola en cada mano, ese final abierto de par en par y con muy poca vergüenza) y un tono serio que no ha dejado descolocarme en todos y cada uno de los capítulos


a ver mañana

jueves, 12 de marzo de 2020

Ya hay cartel del próximo Salón, y es bien bonito, la verdad.



Lo firma Belén Ortega
días extraños

como vivir una película que has visto cien veces, pero cómo cambia el paisaje desde dentro

domingo, 8 de marzo de 2020

(en otro orden de cosas, anda por el barrio la gente de Vox; ayer estuvieron los de las acreditaciones, y hoy ya viene la infantería: no son las diez de la mañana aún, y ya están gritando vivaspañas a diestro y siniestro, qué pereza, por favor)
estamos viendo Picard, y qué bien funciona todo incluso para mí, que no seguí las series originales (solo la primera, la clásica, cuando era un chavalín y se llamaba Viaje a las estrellas o Viaje a lo desconocido o algo por el estilo, ya no me acuerdo bien) y apenas tengo nociones de quién es quién por alguna de las películas: el reencuentro con viejos conocidos, la permanente referencia no tanto a acontecimientos concretos del pasado (que también) como a toda una vida transcurrida, la importancia de los vínculos de amistad por encima de otras consideraciones y ese sentido de maravilla asumido que, bueno, define muy bien el género, o esta parcela del género

(y ahora caigo en que, después del steampunk, del cyberpunk y no sé qué variantes más, todas tirando a distópicas y seriotas, incluso malhumoradas, qué descanso que ahora haya una corriente bautizada, no sé si con ironía, hopepunk, y no tengo problema en abrazarla:¡te quiero, Becky Chambers!)

sábado, 7 de marzo de 2020




Música para el fin de semana. DJShadow, para ponerle un poquito de textura a la plaga.

Lo mejor de esta semana ha sido leer unas cuantas entrevistas a Caitlin Moran, que está presentando libro nuevo, y recordar por qué me cae tan bien. (Qué pinta estupenda tiene, además, con ese mechón blanco tan Cruella.)

En el Marco Incomparable ha habido días de poquísima gente, un poco George A Romero, y es muy gracioso cuando alguien que lleva mascarilla se acerca y, para preguntarte, se la retira de la boca, que es: a ver, TODO MAL.

Y yo qué sé, poco más.

Días tranquilos en el edifico Baxter.