Música para el fin de semana navideño. Youtube solo me ofrece estos días recetas de redondo de ternera (por lo que sea), y como me da pereza hoy ponerme a trastear más, volvemos a Margaritas Podridas, que es lo que ha sonado esta semana en casa (junto a Beat Happening). No son navideñas, pero tienen su punto cuqui medio turbio.

Lo mejor de la semana: el otro día vino de visita A, que ya luce barriguita y está guapísima. (Qué alegría verla así de bien.) Además, la cosa festiva propicia tener noticias de mi gente, y eso siempre bien.

También: hemos visto en casa Cortar por la línea de puntos, una serie cortísima, de animación, que es una maravilla. Me la recomendó F (y eso ya es garantía) y está en Netflix. Escribe y dirige Zerocalcare, un historietista italiano que con esto lo ha petado, pero que ya tenía tirón de sobra. (Hay cosas suyas publicadas aquí, por cierto.)

Y poco más. Navidad, mascarillas y la lluvia. Todo bien.

Días tranquilos en el edificio Baxter.

  

pues nochebuena

como cada año, felicitación exclusiva de señor AÍSA, que esta vez abraza un poco el neorruralismo, sin abandonar el lo-fi

en fin, que feliz noche y felices fiestas, feliz saturnalia, feliz whatever

y sigo sin creerme que estemos ya en navidad, que el año se acabe, que en ocho días inauguramos 2022

besos

Música para el fin de semana. Sin salir de México (y con la misma bajista que Margaritas Podridas), Señor Kino hacen algo que ellos mismos llaman surf punk, y los estoy escuchando bastante estos días. Que son días de espera, en cierto modo. Esperar a que la ola suba (estamos en ello), esperar a que llegue la navidad (y ahí está ya), esperar, esperar. Así que, eso: surf punk para todes.

Días tranquilos en el edificio Baxter.

Música para el fin de semana. Margaritas podridas (!!) son de México, y encarnan muy bien uno de mis clichés favoritos: chicas haciendo mucho ruido.

La semana ha sido rara, de las que te desordenan la cabeza: fiesta sí, fiesta no, librar, trabajar, qué día es hoy. Novedades, pocas. Excepto, bueno, las cosas del exterior: contagios, vacunas, volcanes, inundaciones... you know.

Y, de repente, uno se da cuenta: quedan dos semanas para Navidad. El 2020 fue el año del confinamiento y las mascarillas. El 21 lo ha sido de las vacunas. A ver qué trae el 22.

(Y no me resisto a comentar aquí el auf wiedersehen de la señora Merkel, que bien no me cayó nunca, pero esa afición suya de darle con la puerta en las narices a sus nazis y ese detallito de que suene en su despedida una canción de Nina Hagen, aunque sea en versión banda militar, como que me pone tierno.)

En fin.

Nada. Días tranquilos en el edificio Baxter.

pues ya es oficial: ayer salimos a comer, y aprovechamos para comprar el turrón

hoy he sacado a los duendes de su caja

esto se llama navidad, y durará lo que tenga que durar (menos que el turrón, espero)

(Más) música para el weekend con puente. Me encanta esto que hacen Dave Grohl y Greg Kurstin de las sesiones de hanukkah, y me flipa esta versión que han hecho de los Ramones, con esas grabaciones añejas y ese let's goy!

Por lo demás, nada nuevo. Domingo de reposo. Tortilla de patata, que hay que llenar la tartera para mañana.

Días tranquilos en el edificio Baxter.

Música para el fin de semana con puente. Me encontré con este miniset de Wet Leg mientras trasteaba (a mí Youtube me recomienda cada vez más videos de cocina y tengo que bucear para lo de la música, no sé qué dice eso de mí, la verdad), y me han hecho mucha gracia, sobre todo la primera canción.

Pues nada, la semana ha venido con sorpresas: noticias de mi amiga C, que ha dado a luz a un chiquitín; noticias desde Liliput; noticias griegas. El lunes me vacuné (segunda de refuerzo, que la primera fue de Janssen), y todo bien. Y en el Marco Incomparable, hoy se abre ya lo que quedaba por abrir desde el cierre de la cuarentena. Con planos nuevos (¡vuelve el papel!) y con el puente por delante. A ver qué tal.

Poca novedad más.

Días tranquilos en el edificio Baxter.