sábado, 30 de abril de 2022


 Música para el fin de semana. Me flipan Sleaford Mods, esto se sabe ya. Esa mezcla de chulería, histrionismo, mala hostia y ganas de bailar, pues mira, que me da la vida.

Y bueno, vaya semanita. Que si tormentas, que si calores. Río de gente en el museo. Más guerra, el susto francés y, en casa, el router que petó (pero, las cosas como son, servicio técnico impecable y en un día nos instalaron uno nuevo).

En el lado guay de la vida, recibí una carta muy bonita de C (seguimos con el papel, otra cosa que me pone de buen humor).

Y ya estaría. Se acaba el mes hoy, y mira que se me ha antojado largo...

Días tranquilos en el edificio Baxter.

lunes, 25 de abril de 2022

esta tarde, volviendo a casa desde el metro por la calle Abolengo, un poco cansado y con la mascarilla en la mano, he mirado arriba, al cielo, justo a tiempo para ver pasar a dos cigüeñas que volaban muy bajo, la panza teñida de oro por el sol

un rato antes, en el tren, he visto a una bulldog jovencita que gestionaba regular lo de subir escaleras, así que la dueña tenía que llevarla en brazos

¿vuestro día qué tal?

sábado, 23 de abril de 2022

Música para el fin de semana. Wet Leg ya sonaron aquí en diciembre, y parece que ahora lo están petando. Ya ves.

Bueno, vaya semanita de lluvias y fríos, ¿eh? En el Marco Incomparable sigue habiendo más gente que en la guerra, los planos en papel se van a acabar y, precisamente porque lo del papel está regular ahora, va a tocar poner excusas y caritas de I'm sorry hasta que se impriman más.

Peor es lo de ahí afuera, claro. No sé si no será mejor ponerse las orejeras y volar en piloto automático, sin prestar atención, porque cada día tengo más claro que esto se nos va de las manos. Que Europa se desmonta, los malos ganan y la distopía se nos sube a las barbas. (Y del clima ni hablamos, Greta, que a ver quién se acuerda ahora de que en pocos años cruzamos el umbral y empieza la cuesta abajo impepinable.)

En fin, vale ya. Esto es de la edad, no me hagáis caso.

Que hoy es Sant Jordi, y Día del Libro. Que regaléis rosas. Que leáis, claro. Lo que os apetezca, eso sí: ni caso a las recomendaciones de los señoros y los escritores serios.

Días tranquilos en el edificio Baxter.

jueves, 21 de abril de 2022

vuelve el frío y se van las mascarillas; más o menos

ayer, el día fue uno de esos que llamamos "de perros" no sé bien por qué (qué tendrán que ver la lluvia y el frío con un perrillo que pasea, atento a sus cosas de perrillo); en el museo, la sensación rarísima de verle la cara a la gente: a muchísima gente, además

(menos mal que, antes, en la estación, me encontré con mi amiga C, que siempre me pone de buen humor; no la veía desde antes del virus, y bueno, qué bien, qué alegría, qué buen cuerpo me dejó)

hoy tocaba descanso y me he ido a mirar libros al centro, y de nuevo la extrañeza en los sitios cerrados; llevo la mascarilla en la mano, me la pongo, me la quito, me la pongo otra vez, qué mareo

van a ser días raros estos

 

sábado, 16 de abril de 2022



 Música para el fin de semana. Aquí somos muy fans de Amelia Fletcher, así que verla activa y combativa, con Catenary Wires, con Swansea Sound o con lo que sea que se le ocurra montar mañana, nos da la vida.

Pues estamos en plena Semana Santa, que ha venido con su solanera y sus ríos de gente, madre mía, que se me había olvidado a mí lo que es un Viernes Santo en el Marco Incomparable.

En fin.

Nada, eso. Días tranquilos en el edificio Baxter.

jueves, 14 de abril de 2022

semanita de torrijas y mucho gentío, con su poco de lluvia y, ya hoy, su cielo azul; todo rarísimo y como a destiempo

en el balcón, alguna hormiga exploradora tanteando el terreno

en la tele, la cuarta (y última, espero) temporada de Killing Eve, que es un despropósito y se sostiene porque amo a los personajes (pero a todos), y no sé si la culpa del asunto es de las novelas, que ni he leído ni pienso leer, o del cha-cha-chá, pero bueno (también está la selección musical, que sigue siendo lo más)

en el transporte público, una selección de CF latinoamericana actual que ha editado Minotauro y que está muy bien, la verdad (El tercer mundo después del sol)

y eso; mediados de abril ya

sábado, 9 de abril de 2022

Música para el fin de semana. (Que va a ser largo, by the way.) Goodbye Joe, de The monochrome set, la descubrí no hace mucho gracias a la versión de Tracey Thorn, y sigue siendo hoy de mis canciones favoritas. Además, suena fenomenal en esta mañana de color gris. (Luego ya la segunda que suena te levanta el ánimo para remontar también el domingo. O eso espero.)

En fin, pues otra semana. El cuerpo pide vacaciones. Y torrijas. Lo primero no va a poder ser. De lo segundo nos ocuparemos el lunes, creo.

Días tranquilos en el edificio Baxter. 

miércoles, 6 de abril de 2022

el fin de semana lo rematé el mismo sábado con la visita sorpresa de M, que venía con una colomba pasquale de tamaño mini  (estaba riquísima, la verdad) y toda su alegría


estos días ha seguido el frío, pero ya hoy la cosa ha cambiado, y esta tarde ha empezado a calentar el sol; he aprovechado para rematar cosillas pendientes, pasarme a comprar tebeos y pasear un ratito


me entretengo buscando en spotify los discos que solía escuchar en vinilo (por ahí andan todos todavía, en la baticueva): cosas de Anne Clark, de Anna Domino, de Jonathan Richman, de Décima Víctima


los gorriones hace tiempo que dejaron de venir al balcón, pero me resisto a retirar el plato con agua, la última vez que pasó y lo hice, no tardó ni media hora en presentarse uno, yo creo que para reprochármelo; volví a poner el agua y volvieron a venir a beber y bañarse, así que no me rindo



sábado, 2 de abril de 2022

Música para el fin de semana. A Pom Pom Squad los traje ya aquí, pero no está de más recuperarlos, aunque solo sea por esos outfits IM BA TI BLES.

En fin. Pues esta semana de cambio de mes ha venido llena de acontecimientos y emociones. (Además, hace un frío que pela, pero ese es otro tema.) Por un lado, mi amiga A vino a presentarnos a su niña, que es monísima y me cae fenomenal ya. Un mes tiene. Por otro lado, y el mismo día, por fin desvirtualicé (o como se diga) a C. ¿Sabéis eso de que, después de mucho hablar con alguien por carta, por las redes, por fin os conocéis y así, cara a cara, de repente os cae regular o todo lo contrario, os cae mejor todavía de lo que esperábais? Pues lo segundo. Y, para acabar, anoche tomamos algo con el amigo CP, que se ha venido a pasar aquí el finde invernal, con su chica y su hijo. Para ver a la familia y eso. Hacía años que no nos veíamos y, bueno, qué risa.

Así que, mira, ni tan mal. A ver cómo rematamos el fin de semana y a otra cosa.

Días tranquilos en el edificio Baxter.