lunes, 30 de mayo de 2016

Marte está estos días (y en especial hoy) a tiro de piedra, como quien dice. A tiro de invasión. Que igual no estaría de más, porque en fin...


Mientras tanto, y dejando aparte Venezuela (porque ya no hay nada en este país que no pase por Venezuela, parece), todo bien. Me llegó la nueva entrega de la compilación que Fantagraphics está haciendo de Peanuts, que es la última con tiras diarias y planchas dominicales e incluye el trabajo inmediatamente anterior (y precedente directo) de Schulz, Lil' Folks. Y tenerla por fin en casa, después de tanto tiempo, me hace feliz.


Y luego, unas páginas. Que ya han visto unos cuantos amigos, y bien. Muy bien.



sábado, 28 de mayo de 2016




Música para el fin de semana. Bob Mould estuvo en Hüsker Dü, y ha tenido después una respetable carrera en solitario. Anda ahora presentando su nuevo disco. Me gusta verle ahí, jovial y vitalista, defendiendo sus canciones desnudas, a fuerza de carisma y guitarra eléctrica. (En eso, me recuerda a Billy Bragg. Razón de más para que me caiga bien y me ponga de buen humor.)

Por lo demás, bien. Semana postvacacional intensa y mimosa. El apocalipsis Bosco ruge ya en el futuro inmediato, la Feria del Libro se ha abierto (y Leticia sigue fiel al señor Moore, qué chiquilla), y señor AÍSA no deja de darme alegrías.

Días tranquilos en el edificio Baxter.


Leyendo: Crisálida, de Carlos Giménez. Que a mí me está sorprendiendo, y no para mal.

Viendo: Supergirl. Que muy bien; con sobresaliente para la protagonista, adorable.


miércoles, 25 de mayo de 2016

martes, 24 de mayo de 2016

Llevo días soñando con largos pasillos de piedra antigua (que suena muy Lovecraft, pero el tono es otro).

Me levanto siempre a la misma hora, y suele haber una furgoneta de transporte escolar adaptado aparcada enfrente. Espera a una chavalita que va en silla de ruedas. Para cuando salgo de la ducha se han marchado ya.

Todo sigue su ritmo.


Días tranquilos en el edificio Baxter.

domingo, 22 de mayo de 2016

No sé si es una percepción mía, pero esto no acaba de ir.

Porque, a ver, me está costando un dolor terminar de leer El ala rota (Altarriba y Kim), y además me está dejando frío frío. El Twilight children (Beto y el difunto Cooke) me ha parecido plano, casi una caricatura de lo que fueron las primeras historias de Palomar. Me da una pereza cósmica (¡ja!) ponerme con el Providence de Alan Moore (y ya del novelón en ciernes para qué hablar). Qué sé yo.

En cambio, disfruto y me lo paso bomba leyendo Batgirl o Gotham Academy. Espero con ganas las nuevas entregas del Spiderwoman de Javier Rodríguez, me encantó el Hawkeye de Aja y estoy deseando leer el Moon Girl and Devil Dinosaur de Natacha Bustos. Por ejemplo. 

(Lo que no quita: hay un montón de gente ahí mismo haciendo cosas interesantes o, como mínimo, intrigantes. Estimulantes. De Luis Durán a Álvaro Ortiz, pasando por cien más. Pero es que hay cosas que casi ven la luz con el marchamo de Obra Importante ya de fábrica, y a veces... eso, qué sé yo. Igual son los años.) 
Buenos días.

Cosas que me ponen de buen humor.



Ver ahí a John Carpenter, dándole a los teclados y entre guitarrazos setenteros.


sábado, 21 de mayo de 2016




Música para el fin de semana. Otra vez Hinds, sí. Me ponen de buen humor estas chicas y su desparpajo.

Por lo demás, después de una semana fuera andamos recuperando despacito el ritmo, que no está uno hecho ya a tanto trote. Lecturas pendientes (muchas, y eso que llevo diez días sin acercarme a las librerías: miedo me da), proyectos que van cuajando y un sol de justicia, que parece que el verano se nos viene encima a toda velocidad.

Días tranquilos en el edificio Baxter.

jueves, 19 de mayo de 2016

miércoles, 11 de mayo de 2016

Permanezcan atentos a este canal. En unos días estaremos de vuelta.







#vacacionesenroma

domingo, 8 de mayo de 2016

sábado, 7 de mayo de 2016






Música para el fin de semana, que se presenta lento y de luz turbia: esa primavera grisácea que a veces se da en Madrid. Massive Attack, una banda que también gusta de lo turbio y suena a menudo en el edificio Baxter.

Por lo demás, todo bien.


Leyendo: Cuentos escogidos, de Shirley Jackson.

Viendo: Agente Carter, segunda temporada.



Anoche se hicieron públicos los premiados en el Salón del Cómic de este año, y yo me alegro porque Dibbuks, que es editorial amiga y de amigos, se lleva unos cuantos, y me alegro, sobre todo, porque se premie a Blanco, que es un poco premiar a todos esos autores grandes que trabajaron en el TBO de toda la vida.

(Pero vamos, que echo de menos otros títulos y otros autores. Eso también.)

jueves, 5 de mayo de 2016

Hoy se inaugura el Salón del Cómic de Barcelona. Tampoco este año voy: estas cosas me dan mucha pereza incluso cuando las tengo cerca, así que si tengo que desplazarme se me hace todo MUY cuesta arriba.

A lo que vamos: se abre el Salón, y la avalancha de novedades estará empezando a llegar a las tiendas. Lo que se ha distribuido en las recientes semanas es muy posible que desaparezca de la vista, y hasta de nuestra memoria (de la mía, seguro, que soy como soy). Y alguna cosa interesante pasará sin pena ni gloria justo por eso: falta de tiempo y oportunidad para que el curioso pueda hojearlo dos veces seguidas y plantearse si se lo lleva a casa.


Se me ocurren dos libros que sí he leído y que no merecen pasar desapercibidos: Cuadernos japoneses, de Igort (Salamandra Graphic) y Malaria, de Jali (Astiberri). El primero es un curioso artefacto, más o menos autobiográfico, en el que el autor italiano, histórico de la vanguardia y que compartió en tiempos trinchera con gente como Mattotti o Carpinteri, reflexiona sobre su amor por un Japón que tiene mucho de espacio mítico, y lo hace a partir de su experiencia personal como mangaka (trabajó para la industria nipona con un relativo éxito), narrando su estancia en aquellas tierras y mezclando con habilidad sus recuerdos, trabajos propios de diferentes épocas y notas biográficas de figuras históricas del manga, el anime o la ilustración clásica de allí (Tezuka, Hiroshige, Miyazaki). El conjunto, de una sorprendente armonía pese a los constantes cambios de registros narrativos y gráficos, proporciona una lectura vivificante y muy intensa, y deja un estimulante poso de melancolía bien entendida. A mí, que me gusta mucho lo que he leído de Igort, Cuadernos japoneses es lo que más he disfrutado suyo.


En cuanto a Malaria, qué voy a decir. Es un placer reencontrarse con el mundo tenebroso y emocionante de Jali, un creador que se prodiga demasiado poco y que aquí entrega otra de sus fábulas de ternura esquinada, con ecos explícitos de El Mago de Oz. Un librito que le ha costado mucho tiempo completar, porque lo primero es lo primero y hay que comer todos los días, pero que se lee en un suspiro y con la sensación de que te lo están contando al oído. Jali, dueño de un imaginario personal e inconfundible, maneja los tiempos como no lo hace casi nadie, y se recrea en recursos de narrativa gráfica espectaculares y muy de tebeo que uno, lector viejo, agradece siempre. Ojalá Malaria, que es un libro pequeñito, no se haga invisible y tenga el largo recorrido que merece.


Por lo demás, bien. Amanece nuboso, el calor impertinente de los últimos días parece que remite.

Días tranquilos en el edificio Baxter. 

miércoles, 4 de mayo de 2016

El calor repentino ha puesto nerviosos a los gorriones de mi barrio. Esta tarde se han paseado ya por mi balcón unos cuantos, y eso es algo que suelen hacer sólo por la mañana. Se les ve un poco acelerados.

Normal. Yo estoy poco más o menos.


martes, 3 de mayo de 2016



Ayer vi The punk syndrome, un documental maravilloso que viene a confirmar que el punk, bien entendido, puede ser eso: cantar con voz de ultratumba que no quieres vivir en una institución pública, que prefieres hacerlo en un refugio antiaéreo, porque tu vida es tuya y ya está bien.

Por supuesto, hay mucho más que eso. Por ejemplo, un tema clave: integración. Y orgullo de ser diferente. No sé.

Por lo demás, después de verlo me acordé de esa otra joya: We are the best, que contando cosas del todo distintas y desde la ficción, habla de alguna manera de lo mismo. (Igual aquí me columpio, pero bueno, it's my party...)

lunes, 2 de mayo de 2016




Música para el (largo) fin de semana. The Breeders y Buffy, cazavampiros:  perfect match.

Para animar el lunes festivo.



Viendo: Ripper Street, temporada 4. MUY bien.