jueves, 31 de enero de 2019

El viento sopla y se termina el mes de enero. El tiempo vuela. Los días se me han ido sin sentir, y apenas si he podido hacer los deberes. (Por supuesto, esas cosas que había pensado en ir adelantando siguen ahí, a la espera.) 

Mañana, mes nuevo y vuelta a la rutina. Marco Incomparable, lecturas de Metro, horarios ajustaditos. Y reencuentros, claro. Eso es lo mejor.

A ver.

sábado, 26 de enero de 2019




Música para el fin de semana. Que me acordé el otro día de esta versión tan bonita y mira, va por ustedes.

Por lo demás, pues bien, gracias. Alargando el relax, que luego lo echaré de menos.

Días tranquilos en el edificio Baxter.

miércoles, 23 de enero de 2019

Mañana sale para Angoulême parte de mi gente de los lunes, because Corben y un cúmulo de coincidencias. La otra buena noticia del festival acaba de hacerse pública, y siendo yo muy fan de Guibert y de Ware, los otros aspirantes al Gran Premio, no puede hacerme más feliz.


sábado, 12 de enero de 2019




Música para el (frío) fin de semana. Estas chicas se llaman Mommy Long Legs, no digo más.

Por lo demás, poca cosa. Avanza el mes y yo sigo de relax y un poco hecho un lío, pero mira, bien.

Días tranquilos en el edificio Baxter.

viernes, 11 de enero de 2019

De memoria ando regular, y a la hora de anotar y ordenar lo que voy leyendo soy un poco desastre, así que esta breve lista va a ser, por fuerza, incompleta, pero mira, yo qué sé.


Este año, de primeras, hay cinco títulos, cinco, que me han dejado huella y no me ha hecho falta revolver papeles ni espiar listados ajenos para que estén aquí. Por distintas razones, todas buenas. Que son estos:

The black holes, de Borja González, que es uno de esos raros tebeos en los que me quedaría a vivir para siempre porque tiene TODO lo que me gusta y además es bonito. Martha y Alan, de Guibert, porque me vuelve loco lo que esta persona hace y cuando pensaba que no me iba a sorprender ya más va y nos regala esta maravilla. Los puentes de Moscú, de Alfonso Zapico, que crea y recrea a partir de una entrevista pero va mucho más allá, y demuestra la flexibilidad de la historieta como medio, y la versatilidad de un autor que no deja de crecer. Siete sitios sin ti, de Juan Berrio, un libro luminoso que cuenta algo tantas veces contado (una ruptura, un desamor) con la sencillez y el buen ojo para los detalles y las historias pequeñas que caracterizan a su autor. La segunda entrega de Cuadernos japoneses, de Igort, que ha sido un poco mi safe place este año, como lo fueron antes (lo siguen siendo) las tiras de Peanuts o las historias de Jaime Hernández.


He disfrutado mucho también, y se me han quedado en el recuerdo por una u otra razón, ¡Universo!, El día 3, Gus4-Happy Clem, Esclavos del trabajo, Pulse enter para continuar, Picasso en la Guerra Civil, Orlando y el juego, Miss Hokusai o Cuéntalo.


Y luego, tengo que destacar (como el pasado año) la revista M21, y mi amor eterno para Fulgencio Pimentel por esas cosas maravillosas que edita. Y un abrazo para la gente de Dibbuks, que siguen con Spirou contra viento y marea. Y otro para La Cúpula, cada vez más diversos y estimulantes en su catálogo.


Faltan cosas, algunos títulos que están en todas las listas menos en esta porque, no sé, me han dejado un poco frío, y faltan también algunas cosas que no he tenido tiempo de leer aún porque la vida es como es, el dinero llega hasta donde llega y/o el tsundoku es mi deporte favorito (y el único que practico).



(Próximamente, si todo va bien, libros y alguna otra cosa.)





P.D.- Faltan algunas cosas por comentar. Por ejemplo, la confirmación de que, cada vez más, las editoriales generalistas apuestan por el cómic y el libro ilustrado, y eso está bien. También, que sigue habiendo esa fractura entre el manga a saco (y qué bien que van apareciendo cada vez más titulos clásicos) y el más asimilable a sensibilidades occidentales. Y luego, que se me han quedado un par de cosas en el tintero: la recuperación de trabajos antiguos de Federico del Barrio (otro de mis lugares felices, con o sin Doderlin) a cargo de Reino de Cordelia, y el paralelismo que a mi juicio hay entre Rey Carbón, el último trabajo de Max, e Impertérrito, lo nuevo de Silvestre (es decir, F del Barrio again); o viceversa. Queda para más adelante.

sábado, 5 de enero de 2019






















Música para el fin de semana (y para lo que queda de año, también). Estos días los he descubierto (por casualidad, como pasan estas cosas), y solo puedo decir que ojalá este par de dos tocando en mi entierro: Diet cig, my new crush.

Por lo demás, qué voy a contar. Todavía en fiestas, que esto de la navidad no se acaba nunca. Bueno sí, otra cosa. Estuve viendo The good place (T.1), y bien. Estuve viendo Titans (T.1), y muy bien. Y estoy viendo Sabrina, y lo único que se me ocurre es: Roberto Aguirre-Sacasa, cásate conmigo.

Días tranquilos en el edificio Baxter.