domingo, 29 de marzo de 2020

mi calle es bastante discreta, por lo que estoy viendo estos días: se aplaude, pero tampoco sale todo el mundo; la música la pone mi vecino de arriba (ese Resistiré que empiezo a aborrecer con toda mi sangre) solamente mientras dura el aplauso; la cacerolada contra Iglesias y el gobierno sonó poco; los aplausos por el cumpleaños de Amancio Ortega han brillado por su ausencia; tampoco hay una especial complicidad entre balcones, esa cosa tierna que cuentan otros (ni falta que hace, también te lo digo)

así que no tengo queja, la verdad: me representa bastante, dentro de un orden

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