miércoles, 6 de octubre de 2021

por las mañanas, en la calle, me gusta fijarme en los perrillos, y me hacen especial gracia los que llevan su juguete en la boca: una botella de plástico chafada, una pelotita, incluso un palo; también, los que no pierden de vista a la persona que los pasea, que parece que estén enamoradísimos

no digo que sea lo mejor del día, pero sí hay días en que no me pasa nada mejor que eso


estos días raros de otoño me pasa mucho, en la calle, que tropiezo con hilos invisibles todo el rato, se me enredan en las manos, en la cara, en el pelo; supongo que será temporada de arañas, y me imagino que al final de cada uno de ellos viaja un bichito abrazado a él con sus ocho patitas, y la tontería me produce un poquito de ternura y otro poquito de asco



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