martes, 2 de julio de 2019



sin pensarlo siquiera, me siento en el banco y hago una foto de los dos pares, tan cuidadosamente dispuestos, y la subo a instagram como 'historia' (me divierte mucho esa juego de narcisismo con fecha de caducidad)

después sigo leyendo mientras espero el tren; ando ahora con Unas vacaciones baratas en la miseria de los demás, de Julián Rodríguez (y aquí se me ocurre pensar en cómo llego a algunos libros: a veces es el título, a veces cosas que otros me dicen, a veces una casualidad, una cita, referencias cruzadas; o, como este caso, que su autor muera y mucha gente de cuyo criterio te fías se deshaga en elogios, que a lo mejor llegar así es un poco llegar por la puerta falsa, pero el caso es llegar)



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