lunes, 12 de diciembre de 2016

El fin de semana ha sido más tranquilo de lo previsto. Quizá el solecito ha animado a la gente a quedarse en la calle o a irse de tiendas, en lugar de acercarse en masa al Marco Incomparable, como ha ocurrido otros años durante el macropuente de diciembre. Eso que ganamos todos en salud y tranquilidad. De manera que el domingo fue atípico, y llegó a rozar el tedio en algún momento. Y eso que empezó acelerado, que hubo una avería en el Cercanías y tuve que irme por el camino largo del bosque a primera hora de la mañana. Ya por la tarde, C y la joven M se dejaron caer por allí y me levantaron la moral hasta instalarla en órbita geoestacionaria. Todo bien, en fin.


Esta semana, que empieza con una mañana de niebla espectral, será corta. Tengo algunos deberes pendientes y mucha lectura.

Y el año que se acaba, ahí no hay vuelta de hoja.


Días tranquilos en el edificio Baxter.

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