Me gustó Papel estrujado: lo dejé por escrito al poquito de leerlo. De hecho, buena parte de lo que entonces dije valdría para este segundo libro de Nadar: el cuidado en los detalles, el trabajo con los personajes, la preocupación por proporcionar una textura familiar y creíble a la narración.
Pero El mundo a tus pies es algo más. Toda segunda obra supone un riesgo, y Nadar aquí lo asume, ve la apuesta y la sube, y entrega un libro muy valiente. Primero, cambia el formato físico (¿se está poniendo de moda el cinemascope en papel?) y cambia también la estructura: tres historias independientes, relacionadas por temática y tratamiento. Segundo, cambia el asunto, o más bien centra su mirada en un único tema: la crisis y cómo la viven unos jóvenes que se ven obligados a emigrar, o a aceptar trabajos de mierda, y aún se espera de ellos que lo agradezcan y se sientan privilegiados. Tercero, también el grafismo cambia, se hace más limpio, menos expresionista, como abrazando una narrativa neutra y tradicional. Y se añade, además, el color, también en esa misma línea.
El resultado no decepciona, pero tampoco es redondo. O no me lo parece a mí. Por resumirlo en pocas palabras: la primera historia bien, se dicen las cosas sin decirlas y los personajes importan, pero en la segunda se abusa de clichés que hacen que no me la crea (hablo de situaciones y hablo de personajes, también), y en la tercera hay determinados diálogos que pecan de enfáticos y demasiado "de tesis".
Y, no siendo del todo satisfactoria su lectura, está entre lo mejor que se ha editado este año. Por otras muchas razones. Y porque lo que está bien, que no es poco, está muy bien, y hay evolución y afán de cambio con respecto al libro anterior.
Además, en otro orden de cosas, cuenta lo que cuenta, y es muy importante que se hagan libros así, valientes y rabiosos. Es muy importante hacer una crónica de lo que está pasando. Y qué bien que se haga también desde nuestro medio (y fuera, claro, del reducto galo del humor gráfico, tan peleón siempre).
Además, en otro orden de cosas, cuenta lo que cuenta, y es muy importante que se hagan libros así, valientes y rabiosos. Es muy importante hacer una crónica de lo que está pasando. Y qué bien que se haga también desde nuestro medio (y fuera, claro, del reducto galo del humor gráfico, tan peleón siempre).
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