No es la norma, pero hay algunas historias con una cierta continuidad en Lupitas y centauros. Por ejemplo, esta Centauromaquia que se quedó en tríptico y quiere ser, sobre todo, un guiño a los X-Men del mejor Claremont.
Como curiosidad, decir que la primera entrega, Rojo, nació como reciclaje de uno de esos apuntes huérfanos que uno reúne en sus libretas. La imagen de señor AÍSA, además, es una maravilla en su radical desnudez. Todavía andábamos los dos un poco a tientas ahí...
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