jueves, 5 de julio de 2018

Y hablaba del exceso de hype, de encontrarse con obras que no están (para mí, al menos) a la altura de las expectativas. Y pienso en Lo que más me gusta son los monstruos, de Emil Ferris (Reservoir Books, 2018), una obra monumental de la que todo el mundo hablaba maravillas y que empecé a leer con muchas ganas, pero, como diría Ter, se me hizo bola. No sé bien si la culpa no es de un grafismo barroco, excesivo y a veces desigual que todo el rato distrae de una historia que, además, abusa del texto. (O a lo mejor no, no lo sé, pero es que a veces da la sensación de que las imágenes sobran.) ¿Es un mal libro? En absoluto. Está lleno de ideas felices, tiene unos personajes muy bien construídos, la voz de la narradora/protagonista te lleva de la mano en todo momento, incluso hace creíbles algunos detalles del argumento que en fin. Es un buen libro, sí, de lectura un poco farragosa. Que, sospecho, se desinflará con el paso del tiempo y las correspondientes relecturas. (O no, yo qué sé: igual en un par de años vengo aquí a rectificar.)




Esto mismo me ha pasado con Nieve en los bolsillos (Norma, 2018), el libro que Kim firma en solitario después de sus colaboraciones con Altarriba. Un trabajo también apoyado en la memoria, en este caso la del propio autor y su experiencia de migrante español en la Alemania de los años 60. Un trabajo honesto, bien hilado y muy emocionante en determinados momentos, pero que no deja de ser una sucesión de anécdotas y personajes, sin más esqueleto narrativo. Un libro notable, que se lee con gusto (pero con cierta monotonía, diría yo) y deja buen recuerdo, sí, pero no duradero.




¿Que por qué vengo aquí a decir estas cosas? No son tebeos que me parezcan flojos, no son títulos que no me hayan gustado. Es más, como decía al abrir, la sensación de decepción después de un aplauso tan unánime. Decepción leve, benigna, decepción de tampoco es para tanto.


Y eso.  


2 comentarios:

  1. Coincido en lo de Ferris. Tengo que retomar su lectura... y no me apetece demasiado...

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  2. También se me hizo bola la obra de Ferris. Seguramente el problema es de la etapa actual que atravieso llena de ansiedad, donde los tebeos con, digamos, exuberancia gráfica me incomodan. Cada vez estoy más de acuerdo con la idea de Spiegelman y Chester Brown de que no hay que cargar las viñetas de texto, etc. Pero ya digo, quizás no tengo el cuerpo ahora para este tipo de propuestas. Saludos.

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