miércoles, 4 de julio de 2018




Borja Gonález me representa cuando dice en esta entrevista:

A mí no me interesa crear una trama: me interesa desarrollar unos personajes, una atmósfera… pero no una trama.

Porque así funciona también mi cabeza.


De Borja González me gustó mucho La Reina Orquídea (El verano del cohete, 2016). Lo leí tres o cuatro veces, lo hojeo a menudo; lo regalé y lo presté; lo recomendé hasta ponerme pesadito.




Y por fin, después de mucha espera y mucho hype, llegó The Back Holes (Reservoir Books, 2018), y lo leí con ganas, lo volví a leer, lo hojeé, lo comenté con mi gente, lo releí. Todo en unas semanas. Y ahí sigue, en la mesa, para poder darle todavía un par de vueltas.


The Black Holes tiene todo lo que me gusta de trabajos anteriores de Borja González, y tiene también mucho de lo que me gusta en general. Hay chicas que descubren cosas (la vida, a lo mejor), hay referencias que parecen buscadas para encandilarme. Tiene la intensidad emocional de esas canciones que llegan justo cuando tienen que llegar, y se quedan ahí hasta convertirse en parte de ese momento y, claro, de su recuerdo. Tiene diálogos maravillosos y personajes bien construídos. Tiene decorados y paisajes que son más sentimentales que físicos, y una chavala que se disfraza, y un bucle temporal maravilloso, y a Stephen Hawking.


Yo qué sé. Es el título que con más ganas esperaba este año. Casi siempre, tanta expectación desemboca en pequeñas decepciones. No es el caso. The Black Holes es uno de mis libros de 2018.


No hay comentarios:

Publicar un comentario