lunes, 17 de octubre de 2016

Este fin de semana Madrid se ha llenado de unos hormigos gordos y negros que ya no podían volar y se dejaban caer, agotados. 

Volvió el sol un rato ayer, y el sábado. Y hoy vuelve a amanecer uno de esos días grises y perezosos, con todo el sabor del otroño.


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