sábado, 16 de abril de 2016

Hoy en el tren he visto a una chiquilla que vestía una sudadera de Black Flag  negra y con capucha, vaqueros de rodilla rota y Converse negras. Tenía el pelo muy corto y con un mechón teñido de rubio. Por su cara, yo diría que no pasaba de los dieciséis. Llevaba al hombro una guitarra en una funda de tela impermeable, también negra. He pensado, por un momento, que viajaba en dirección a Hoppers, pero no: íbamos los dos para Atocha.

Luego, durante el resto del día, mucha lluvia y mucha gente.


Ahora mismo, justo antes de llegar a casa, recibo un mensaje, un vídeo, de la Liga de las Señoritas Extraordinarias, desde la Soria oculta: el páramo se inunda, me dicen.


Por lo demás, todo bien. Días tranquilos en el edificio Baxter.

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