sábado, 3 de septiembre de 2016

Música para el fin de semana. Hace unos días se celebró otra fiesta de Flor de pasión (otra de esas a las que, por pereza y porque trabajaba al día siguiente y no tiene uno ya el cuerpo para depende qué, pues no fui, ay). De Juan de Pablos no sé qué se puede decir a estas alturas que no sea ya de dominio público. Es un titán, alguien que demuestra que se puede ser fiel a los clásicos, estudiarlos, sabérselos de pe a pa y, al mismo tiempo, disfrutar con cosas nuevas, saber encontrar joyas, relámpagos de puro pop en bandas jovencísimas (grupos que, a veces, parecen nacidos únicamente para que él los escuche y los ponga en su programa). En fin, que cuando sea mayor quiero ser como él.











Por lo demás, bien. Los primeros días de septiembre llegan con cambios en la tripulación (se marchó C, que vuela ahora sola y llegará, estoy seguro, hasta donde ella quiera y un poquito más allá) y con una avalancha de gente en la expo maldita que empieza a romper las costuras del Marco Incomparable (y amenaza con agotar la paciencia de los que aguantan a pie de trinchera, que están ya muy cansados y muy hastiados).

Y el calor, que no se va.

3 comentarios:

  1. La expo maldita (supongo que sé a la que te refieres). Creo que los peores trabajos son aquellos en los que tienes que tratar con público o tener compañeros poco compañeros. Saludos.

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    1. siempre he dicho que lo mejor y lo peor de mi trabajo es justo eso: tratar con el público

      pero no me quejo, yo estoy en el lado amable de la cosa: lo tiene peor el que tiene que evitar que en las salas la gente haga barbaridades como tocar cuadros, ponerse a comer, dejar que los niños corran y jueguen como si estuvieran en el parque...

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    2. por otro lado, yo con la compañía soy más que feliz: ¡la Liga de Señoritas Extraordinarias! (y otras hierbas)

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