jueves, 2 de junio de 2016

Leía hace unos días un texto de David Muñoz sobre Carlos Giménez con el que, en general, estoy muy de acuerdo. En él, David da en el clavo cuando, a la hora de seleccionar sus mejores obras (y las que a él más le han influído o "tocado"), dice de uno de los títulos que, leído con menos de 30 años igual no, pero pasados los 40 se ve con otros ojos. Da en el clavo, digo: la perspectiva del tiempo y el bagaje que uno aporta a la lectura.

Ya dije hace unos meses, hablando de La casa, de Paco Roca, que un libro así a lo mejor me hubiera emocionado menos veinte años antes y con menos recorrido en mi biografía. Creo que tampoco la lectura de El arte de volar (Altarriba y Kim) o de María y yo (Gallardo) hubiera sido la misma. Ni siquiera la de Peanuts, ya que estamos. 

(Esto también vale para lo que se escribe, claro. Hay Lupitas que jamás se me hubieran pasado por la cabeza hace solamente diez años.)

De repente, me planteo que a lo mejor ha llegado el momento de empezar a releer cosas. A ver a qué saben hoy, ahora, Paracuellos o Maus. Por ejemplo.



(Bola extra: en los USA ha aparecido un primer tomo de Paracuellos, editado por IDW. Gran excusa para que la gente de The Comics Journal le haga una entrevista. De las cortas, eso sí.)

2 comentarios:

  1. Le sigo dando vueltas a lo que escribiste el otro día, sobre que uno no disfruta tanto los libros que pensaba que iba a disfrutar mucho (dijiste El ala rota y algún otro) y se sorprende disfrutando mucho cosas que no esperaba disfrutar tanto (mencionabas algo de supers). Creo que esta nueva entrada también va en la misma onda. Me parece muy interesante porque conozco la sensación. Sin embargo, lo que yo pienso, es que muchas obras nuevas que leo ahora SÍ me hubieran emocionado mucho veinte años antes y que ahora mismo, y se me plantea la duda al contrario, si otras obras que tengo en un pedestal pero que no tocado desde el momento que leí hace veinte años van a seguir emocionándome hoy si vuelvo a acercarme a ellas. Creo que el factor nostalgia cuenta mucho, y no sé separar la línea (por ejemplo, Johan y Pirluit, recientemente editado, me ha vuelto a encantar, porque considero que es una obra maravillosa que me ha vuelto ha tocar muchos años después de haberla leído, pero estoy seguro de que mi percepción ha cambiado, no es la misma que hace años, aunque creo que me siguen gustando las mismas cosas). Y sí, LA CASA no creo que funcione cuando eres adolescente o estás en la primera juventud, porque la presencia del padre en ese momento es todo lo contrario de lo que la obra ofrece. En fin, creo que no me estoy explicando... Lo que quiero decir es que me parece un debate muy muy interesante. Disculpa las incongruencias.

    ResponderEliminar
  2. Por cierto, he vuelto a leer hace poco MAUS por enésima vez tras mucho tiempo y es que es una auténtica pasada. Es que, a pesar de estar omnipresente en todos lados desde que se publicó, la gente del mundillo lo evita dando por sentado su valor y quizás por culpa de cierta saturación, es una obra maestra que no se me cae por ningún lado y me queda siempre maravillado.

    ResponderEliminar