Los obreros están reformando la escalera esta semana. Es decir, echándola abajo y construyendo otra. Para que quepa el ascensor. Así que estos días vivir aquí se parece mucho a vivir en una centrifugadora gigante. O en el estómago de Galactus ahí, en plena digestión planetaria.
Días (no tan) tranquilos en el edificio Baxter.
No hay comentarios:
Publicar un comentario