sábado, 29 de marzo de 2025

Música para el fin de semana. Kim Deal y Kim Gordon, dos jefazas, mano a mano. Vamos con la primavera.

Y vamos con la astenia, y con las alergias. Y con el cambio de hora (¡esta noche!).

Y con el kit de supervivencia, no me jodas.

Pero bueno, salió el sol y se acabaron las lluvias. Y en quince días (poco más o menos) vuelve el Doctor Who, que siempre me pone de buen humor. Así que, bueno, las cositas. Que habrá que refugiarse de la paranoia y de los malos (que los tenemos cada vez más cerca).

Días tranquilos en el edificio Baxter.

sábado, 15 de marzo de 2025


 Música para el fin de semana. Me gustan mucho Melenas, ya lo he dicho antes. Por ese regusto a Stereolab que dejan sus últimas canciones, pero no solo.

Y estos días estamos todos con los recuerdos de hace cinco años, esas primeras semanas de desconcierto y miedo, esa nueva rutina de encierro, ese saldremos mejores que ya al final se veía que para nada. Y, bueno, si de algo sirve tener el blog activo es eso mismo: volver atrás y leerme, recordarme, sentir otra vez aquel vértigo (su sombra, más bien).

Días tranquilos en el edificio Baxter.  

sábado, 8 de marzo de 2025

Música para el fin de semana lluvioso. Esto de Stereolab lo compartí ya hace un año, pero mira, los fetiches hay que respetarlos (y cuidarlos), así que aquí está otra vez.

Pues nada. Lo dicho: que no deja de llover. Mal día para las manifestaciones (y ya me jode el plural, pero bueno, no parece que vaya a tener remedio en mucho tiempo): 8 de marzo, cada día más pertinente, y ya me callo, que hoy hablan ellas.

Por lo demás, qué hastío, de verdad. Qué ganas de esconderse y no salir hasta que caiga el meteorito (y ya ni esa ilusión queda, que resulta que 2024YR4 tampoco va a acertar).

Días tranquilos en el edificio Baxter.



sábado, 1 de marzo de 2025

Música para el fin de semana. The Jam, nada menos. Que traen recuerdos de cuando la señora Thatcher abogaba por make England great again despidiendo, retirando subsidios, desmontando en la medida de lo posible todo lo que oliera a Estado de Bienestar. Recuerdos que hoy son más pertinentes que nunca: nos vamos a la mierda, amigas.

Mientras tanto, inauguramos marzo con el regreso del invierno. Yo empiezo a releer tebeos de hace treinta años y voy viendo series que me ponen de buen humor (Severance, The Pitt) y otras que se quedan un poquito a medias (La vida breve, impecable en casi todo, pero a la que le falta  esa chispa en la dirección que la haga de verdad divertida, me parece).

Y en esas estamos.

Días tranquilos en el edificio Baxter. 

sábado, 22 de febrero de 2025

Música para el fin de semana. Horsegirl tienen disco nuevo, y suena limpio y luminoso como una mañana soleadita de invierno.

Pues se nos va febrero, no digo más. Que está durando un suspiro. Los días pasan, las tardes se alargan y al sol empieza a sobrarte ropa. Esta semana, además, hemos visto a unos patos madrugadores aquí al lado.

Por lo demás, nada nuevo.

No os dejéis asustar y aferraos a las cosas bonitas.

Días tranquilos en el edificio Baxter.



sábado, 15 de febrero de 2025

Música para el fin de semana. Pues Sharon y Seventeen, menuda canción. Para despejar un poco las cabezas, que madre mía. (De verdad, ojalá no pensar.)

Pues bueno, febrero. Cortísimo. Hemos vuelto al Marco Incomparable, nos hemos puesto al día. Acumulamos lecturas pendientes, miramos por la ventana. Las cositas.

Lo he dicho muchas veces, seguramente. Pero lo de vivir un tiempo en el que mis lecturas de siempre se hacen realidad, pero en clave casi de farsa, me tiene medio bloqueado. Distopía, supervillanos, Skynet. La madre que los parió. Nos queda lo pequeño, supongo: lo privado, lo cercano. Lo colectivo, también. Y no dejarse arrastrar por la bajona, que hay días de no salir de la cama, y eso sí que no.

Yo qué sé.

Días tranquilos en el edificio Baxter.


sábado, 1 de febrero de 2025

Música para el fin de semana. Laundromat Chicks son superjóvenes, y hacen esa cosa indie de aire ingenuo y sonido descuidado que me pone de tan buen humor. Así que mira, no son mala opción para empezar febrero.

Porque se acabó enero, qué te parece. Menudo mes. No quiero ni empezar a hablar, que cada vez que veo a Trump en la tele me pongo de color verde y se me van un poco las ganas de vivir. Pero oye: Correos me ha dado alguna alegría, empiezo a recuperar ritmo de lectura y tengo el congelador lleno de tuppers ricos, que estos días me ha dado tiempo a trastear algo más en la cocina. Ha dejado de llover, además; ha vuelto ese sol de invierno que tan bien sienta.

Y yo estoy ya en cuenta atrás, que el miércoles vuelvo al tajo. (Madre mía, qué pereza.)

Anyway: días tranquilos en el edificio Baxter.