sábado, 13 de abril de 2024

 

Música para el fin de semana. Un poquito de Heavenly para aliviar esta primavera temprana con trazas ya de veranazo. Para mí la astenia es algo vocacional y, más que padecerla, la cultivo durante todo el año, pero estos días me ha caído encima como un camión de ladrillos y ando como a rastras y pegado a las paredes. Qué pereza todo.

Días tranquilos en el edificio Baxter.

sábado, 6 de abril de 2024

Música para el fin de semana. Kim Gordon, señora del ruido. Esta canción ya la subí hace poco, pero escucharla en vivo aquí te deja peinao patrás y con el cuerpo suave suave. Lo mejor para estos días de primavera caldosa que ya prefiguran un verano calentito.

Sin novedad en el frente. Pasó la Semana Santa y la marea de gente ha remitido, pero no tanto. Hubo un tiempo en que un paseo por el museo podía resultar confortable, pero eso quedó atrás. Ahora todo es ruido (pero del otro, el que te expulsa).

Y aquí estamos, en medio del vodevil del novio, en campaña electoral permanente y con el genocidio en Palestina como telón de fondo permanente. Bienvenidos a la distopía.

En fin.


Días tranquilos en el edificio Baxter. 


sábado, 30 de marzo de 2024

Música para el fin de semana. Sleater Kinney llevan ya años en esto, pero aquí siguen, radiantes y llenas de energía. Da gloria verlas (y oírlas).

Bueno, pues Semana Santa. Que este año viene lluviosa y, en mi caso, relajada y muy casera. (Y con torrijas, claro. Eso no se perdona.) Madrid está petadito de gente, los tres días laborables han sido bastante infernales en el Marco Incomparable y ojalá los festivos no estén siendo todavía peores (aunque me temo lo peor). 

El relax me viene muy bien, la verdad: ya tocará pelear el año que viene.


Días tranquilos en el edificio Baxter.



sábado, 23 de marzo de 2024

Música para el fin de semana de primavera y estornudos: esta cosita de Colour me Wednesday me ha alegrado hoy la mañana.

Pues sí, primavera y polen. Y calima. Todo bien agitado para prologar una Semana Santa lluviosa (dicen) que este año a mí me cae en el lado relajado del cuadrante, y menos mal, porque tiene toda la pinta de que el Marco Incomparable va a ser el infierno y yo ando bastante cansado.

Por lo demás, poca cosa.

Viendo: El problema de los tres cuerpos.

Leyendo: Los escorpiones, de Sara Barquinero.

En lista de espera (para ya mismo): Domingo flamenco, de O. Schrauwen.

(En la cresta del hype, ya lo véis.)


Días tranquilos en el edificio Baxter.



sábado, 16 de marzo de 2024


Música para el fin de semana. Estos días está sonando mucho por aquí lo nuevo de Kim Gordon, una cosa deslumbrante y rabiosa que sacude por dentro.

Otra semana que se va yendo, con su correspondiente circo en lo político y los altibajos del día a día. Cositas en el correo y la alegría de leer lo más reciente de Mariana Enríquez, esos cuentos que te dejan el cuerpo un poquito del revés y con ganas de más.

Por lo demás, sin novedad a bordo.

Días tranquilos en el edificio Baxter.

sábado, 9 de marzo de 2024


Música para el fin de semana. Las Breeders siempre en mi equipo: treinta años tiene esto, y me hace igual de feliz que el primer día que lo escuché.

Bueno, pues allá va la semana. Intensa de muchas maneras, y con colofón invernal. Se hizo pública la muerte de Toriyama, padre de Goku y de Arale y titán del manga. (Qué divertidos y qué alegres sus tebeos, qué maravilla de personajes disparatados.) Compré el libro nuevo de Mariana Enríquez, que regresa al relato corto mientras prepara (eso entendí en algún momento) su novela de fantasmas. Escuché a Death Ayuso decir memeces chungas el 8M. Vi también Robot Dreams, que me gustó mucho, la verdad.

 En fin, muchas cosas. Y la lluvia.

Marzo ya, y en cuatro días estamos haciendo torrijas.

Días tranquilos en el edificio Baxter.


sábado, 2 de marzo de 2024

Música para el fin de semana. Mi amiga M, desde Florencia, me regaló el lunes esta canción de Lucio Corsi que no ha dejado de sonar en mi cabeza (y en mi casa) estos días, y que podría ser lo mejor que me ha pasado esta semana, pero también recibí ayer carta de C (y un tebeo de Xulia Vicente, I see a knight, que me ha encantado).

Por lo demás, volvió el frío, volvieron las corruptelas a primera plana y se reactivó el circo del barro. Además, en Gaza ya ni se molestan en disimular. Y los de los tractores consiguen que en Europa se recule con algunas medidas de protección medioambiental. Un asco todo, vamos.

(Por supuesto, justo quedo hoy para comer, el único día de la semana que llueve. Cero sorpresas.)

Poca cosa más. Días tranquilos en el edificio Baxter.