por lo que sea, en mi calle los aplausos se adelantan dos minutos dos (ni uno ni tres), y no sé a qué se deberá; imagino que quien sea que abre lleva mal el reloj, y ya luego los demás le vamos siguiendo
en otro orden de cosas, se van colando noticias de gente ingresada y de fallecidos en las conversaciones de wassap; desde casa, mirando por el balcón, suena todo tan irreal como irreales suenan las noticias
también me he fijado en que apenas hay gorriones por aquí; sí he visto palomas, pocas, pero a los gorriones los estoy echando de menos
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