antes salía más al balcón, pero si los gorriones me ven no se acercan, así que vuelvo al despacho y cierro la puerta, y al rato ya vienen a beber y a dar sus saltitos; salgo por la mañana a regar y cambiar el agua de los platos, antes de comer para bajar el toldo, antes de cenar para subirlo y ya luego a última hora, antes de acostarme
he comprado empanada para cenar; también un cuarto de sandía, salsa de soja, aceite: todo cosas que se me ha olvidado comprar esta mañana
dicen que mañana vuelve al calor; qué pereza
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