anoche, antes de acostarme, vi desde la terraza al murciélago del barrio (lo imagino así, uno de guardia en cada barrio, con sus turnos, sus cuadrantes, sus trienios); volaba despacio: se lucía, el jodío
me hizo gracia
por lo demás, parece que con agosto viene de vuelta el calor; a ver si no dura
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