parece que el Círculo de Lectores cierra (o cierra su estructura comercial, a saber qué significa eso), y me da nostalgia; llené la casa de mis padres con sus libros, y entiendo que en muchas otras casas la lectura se vio como algo cotidiano gracias a ellos
en otro orden de cosas, leo que el alcalde de mi ciudad la está llenando de banderas bien grandes, no sé si por aprovechar el viento y que luzcan vistosas estos días de campaña electoral
(y, ya que estamos, no dejo de leer a gente que está echa un lío; votar lo menos malo, votar con la nariz tapada, votar en conciencia, votar por puro miedo... pero votar: ahí estoy también yo)
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