pues anoche llovió
la típica tormenta de verano: relámpagos como de película de la Hammer, mucho viento y poca agua
por la tarde había hecho calor
en el restaurante, mucha gente, casi toda de fuera; después, paseando, tardé un rato largo en empezar a ver banderitas aquí y allá
por la mañana, terminé de leer el nuevo libro de Elisa, que es una cosa tremenda, como para tener al lado una libreta para apuntar nombres y títulos (pero una libreta bien gorda, porque la vas a llenar)
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