Es viernes y esta tarde empieza el verano.
Vengo aquí a decir que esta semana he terminado de leer el Clyde fans de Seth y MADRE MÍA. Me ha dejado loquito. Qué bueno es, y qué bien entiendo ahora los cambios en la manera de dibujar, de estructurar y de narrar que ese buen hombre ha ido experimentando a lo largo de los veinte años que le llevó terminar el libro, y que van MUCHO más allá que simplezas tipo la sombra alargada de Ware (mea culpa, también lo dejo dicho aquí). Hay mucho que decir al respecto, y a alguien (Pablo Ríos) le he leído quizá la palabra clave: métrica. No ritmo (o no solamente): MÉTRICA.
Pues eso.
Por lo demás, mira. Ahora me muero de ganas de releerme todo Seth, y de retomar eso nuevo que está publicando en Palookaville (Nothing lasts, se titula, y lleva tres entregas). Que ya no me acuerdo de si lo leí o si lo dejé para cuando salga el libro.
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