El viento sopla y se termina el mes de enero. El tiempo vuela. Los días se me han ido sin sentir, y apenas si he podido hacer los deberes. (Por supuesto, esas cosas que había pensado en ir adelantando siguen ahí, a la espera.)
Mañana, mes nuevo y vuelta a la rutina. Marco Incomparable, lecturas de Metro, horarios ajustaditos. Y reencuentros, claro. Eso es lo mejor.
A ver.
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