En otro orden de cosas, hoy se cumple un año del cierre de Lupitas y centauros. Justo hace un año de aquel Perfect day que remataba una aventura más larga de lo que yo mismo esperaba, y de la que todavía me siento muy satisfecho (y hasta orgulloso).
Echo de menos a Lupita. Sigue ahí, latente, quizá atrapada en algún bucle temporal.
Mientras tanto, lentos pero inseguros, trabajamos en otras cosas. (Muy lentos y cada día menos seguros de nada.)
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