Aprovecho que ahora no mira nadie para anotar aquí un resumen a vuelapluma, y sin más criterio que el de mi mala memoria, de lo que han sido los tebeos de 2015, más allá de lo que puede leerse en la etiqueta
viñetas2015 (que para eso la creé sobre la marcha: para evitar olvidos).
Así, entre las cosas que este año nos ha traído y que a mí me han interesado está el retorno por la puerta grande de
Daniel Torres,
La casa, que tengo todavía en lista de espera (de compra y lectura) pero que tiene una pinta colosal. Y está el gran
Taiyo Matsumoto, del que se han publicado ya
un par de entregas de su maravilloso Sunny, además de
Go Go Monster.
2015 ha sido la explosión definitiva de eso que llamamos "integrales", tanto en el asunto de históricos francobelgas como, ay, en el campo de DC y, sobre todo, Marvel. O así lo he vivido yo, que ya no sé ni dónde esconderme. Y ha sido la confirmación de que, hoy por hoy, no hay material que no sea susceptible de publicarse en español, por oscuro, minoritario o rarito que pueda ser.
También hemos visto este año que murió ayer cómo cada vez más editoriales literarias confirman su apuesta por editar historieta. En especial, editoriales independientes, de corte más o menos minoritario y que cuidan mucho sus productos:
Gallo Nero o
Impedimenta son buenos ejemplos, pero no los únicos.
De 2015 salgo, además, con algunos nombres a los que no quiero perder de vista:
Emma Ríos,
Natacha Bustos, la gente de
El Verano del Cohete,
Berliac,
José Ja Ja Ja,
Fulgencio Pimentel,
Libros de Autoengaño,
Felipe H Navarro,
Zyn Vaites y, bueno, alguno más que ahora se me escapa, pero que aparecerá antes o después a lo largo de 2016.
Y ahora lo dejo, que hay que empezar a trastear en la cocina...